El Parque Natural de Cabo de Gata es un espacio natural, de belleza salvaje. En él conviven el paisaje desértico y los acantilados del mar. Un paraje natural, de ensueño, para celebrar una boda en Almería, con playas casi vírgenes y vegetación salvaje donde destacan los cactus y las típicas pitas de la zona.
Anabel y David se sintieron atrapados por la belleza de esta zona, y aquí decidieron celebrar la fiesta posterior a su ceremonia (enlace aquí). Para ello escogieron uno de los espacios con más encanto: La Fábrica de los Genoveses. Una antigua fábrica de cuerda que se ha restaurado y se mantiene como espacio de celebración de eventos. Uno de esos sitios que conserva la belleza de tiempos pasados en una enclave natural incomparable.
Así que con este entorno, teníamos a nuestra disposición un maravilloso lienzo sobre el que construir una decoración cuidada a la vez que integrada en el entorno. Para ello trabajamos con una paleta de color de verdes, buganvillas y amarillos que se integraron muy bien.
Recibimos a los invitados con un rincón de bienvenida que decoramos para resaltar la belleza del lugar y al que acompañamos de un rincón de limonada. Este primer punto de recibimiento se convirtió en un photocall improvisado donde los invitados y los novios hicieron sus fotos de grupo mientras disfrutaban de un refresco y un pequeño picoteo.
Carolina Bouquet se encargó de toda la puesta en escena, así como de la decoración floral del resto de la celebración. Nuestro equipo de wedding designers trabajó codo con codo con ella y con el catering, La Borraja, para conseguir que una puesta en escena que atrapara todos los sentidos.
Como os comentábamos, este rincón de bienvenida se convirtió en un photocall improvisado donde los novios, al igual que los invitados, se hicieron fotos para inmortalizar la felicidad de ese día. Un rincón perfecto para una boda en Almeria.
Anabel estaba espectacular con vestido de Pronovias, que personalizaron para ella en Pronovias Granada. Acompañó su look con ramo de Carolina Bouquet, tocado de Nicte Tocados y estilismo (maquillaje y peluquería) de Tonylo García Estilistas.
Recibir con una limonada con hierbabuena es siempre una idea estupenda en las bodas de primavera y verano. Una idea refrescante que en este caso acompañamos de unas bolsas de patatas chips caseras que se entregaban a los invitados a su llegada. Todo ello servido por La Borraja.
Nuestro equipo de wedding designers dispuso también otros puntos de recibimiento, como un rincón de gafas de sol, muy necesarias en la zona, y de pai-pai de rafia, haciendo un guiño al pasado de la fábrica donde se celebraba la boda.
También dispusimos un rincón donde compartir con los invitados parte de la historia de los novios.
Los invitados disfrutaron de un maravilloso cóctel. Tuvimos que pasarlo al interior porque ese día soplaba un fuerte viento, pero que se integró perfectamente en el interior de la fábrica. Destacaron los rincones gastronómicos como la mesa de quesos, el cortador de jamón y una gran selección de canapés. Muchos de los canapés, hacían un guiño a la cocina árabe y granadina, ciudad de origen de la novia.
Uno de los rincones más especiales, fue «El rincón de la Lela» que creamos especialmente para la abuela del novio. Quisimos crear un espacio cómodo para ella, donde pudiese sentarse y sentirse una de las invitadas más especiales ese día en la boda.
Los niños también contaron con un rincón infantil, un espacio recogido, con tipis y casitas y todos los juegos necesarios para jugar acompañados de sus monitoras.
Toda la papelería de la boda, desde las invitaciones, sitting, minutas, cartelería, señalética… fue diseñada por el novio. La papelería reflejaba a la perfección la paleta de color de la boda con en enclave donde se celebraba. Una papelería muy elegante y especial.
Como regalo, los novios quisieron que sus invitados se llevaran un trocito de Cabo de Gata a sus casas y lo recordasen cuando pasaran los meses. Por eso, regalaron a cada invitado un cactus pequeño, una crasa, elemento que la novia también lucía en su ramo.
Para el almuerzo, trabajamos en un montaje de mesas alargadas. Creamos un almuerzo al estilo de la Toscana, con mesas imperiales. Para destacar el lugar de los novios, decoramos sus sillas de una manera especial, con dos corazones vegetales con las letras MRS Y MR.
Las mesas destacaron por una exquisita decoración. Unas frondosas guirnaldas en verdes y buganvillas que incluían orquídeas amarillas y fucsias, craspedia y rodajas de limón, que trajeron de un árbol familiar, plantado por el abuelo de la novia.
Todos los elementos encajaban a la perfección con el menaje que escogimos junto al catering, la decoración floral de la que se encargo la florista, así como los elementos como meseros y minutas que incorporamos a la decoración.
El momento de la tarta, fue una sorpresa para los novios, que no sabían que los sobrinos de la novia iban a hacerle ese regalo. Para ello, Lussocake diseño una tarta de cuatro pisos del sabor favorito los novios: carrot cake. Carolina Bouquet añadió la decoración floral y rematamos la tarta con un topper personalizado con el nombre de los novios.
Un momento muy especial fue cuando la novia, Anabel, regalo el ramo a su hermana, nuestra directora, Almudena Fernández. Fue uno de esos momentos en los que a nuestro equipo se le escapó una lagrimita….detrás de otra.
Para acompañar la fiesta, dispusimos un buffet de donuts que acompañamos con otros candies y salados. Sin lugar a dudas, hizo las delicias de todos los invitados…Y es que siempre hay lugar para más dulce.
Una vez empezó la fiesta, es el momento de dejar aparcado los tacones y los tocados y ¡bailar!
Y este es el resumen de una de las bodas más especiales que vivió nuestro equipo la pasada temporada. Nos quedamos con la imagen de Anabel y David junto al mar, rodeados de un paisaje salvaje, pitas y cactus.